SEGUIR AL SEÑOR......
EN LA TRIBULACIÓN, EN LA ENFERMEDAD , EN LA TENTACION
Omnipotente, eterno,
justo y misericordioso Dios,
concede a nosotros, pobres,
actuar por la fuerza de tu amor
aquello que sabemos que tu deseas,
y de querer siempre lo que tú quieres
para que, iluminados interiormente
purificados interiormente
y encendidos por el fuego de tu Espíritu
podamos seguir los pasos de tu Hijo Amado
el Señor Nuestro Jesucristo, y
con la ayuda de tu gracia
llegar a Tí, Oh Altisimo
que en la Trinidad Perfecta
y en la unidad simple vive y reina glorioso
Dios omnipotente por todos los siglos de los siglos. Amén
INTRODUCCION
Después de haber acompañado a Jesús en la oración del Getsemaní, hoy somos llamadas a mirar a Francisco como modelo de seguimiento real y radical.
Somos invitadas hoy a recordar, ( llevar en el corazón) los momentos de nuestra vida en la cual ponemos en práctica la Palabra del Señor y si se logra, entenderla mejor: Es la vida que nos ayuda a comprender verdaderamente la Palabra del Señor y la voluntad de Dios.
Es así, puesto al fuego, otro elemento típico de la espiritualidad franciscana, que es el seguimiento de Jesús con experiencia en la práctica cotidiana del Evangelio, y no sólo como teoría: el discípulo no se limita a mirar a Jesús, sino a querer seguirlo, colocando sus propios pasos donde él los ha puesto. La vida concreta de cada día en acuerdo con la fe de Francisco en Jesús , es tambien nuestra fe.
El salmo 46 nos ayudará en la meditación de este tema. Una vez más Jesús es el centro de la oración de Francisco porque El lo quiere seguir, llevar su cruz.
El salmo 7 de las F.F. se reza en las vísperas del Viernes Santo. Este salmo es una invitación a la Iglesia a la alabanza, a la exultación, a aplaudir con las manos (v.1) el motivo de este júbilo es la glorificación del Hijo, convertido Señor excelso, rey grande sobre toda la tierra (v. 2) Esta Gloria del Hijo es debida al Padre, porque el Santísimo Padre Celeste, nuestro Rey desde la eternidad, ha enviado de lo alto su Hijo quien ha obtenido la salvación sobre la tierra. Aquí escuchamos por primera vez la palabra "Padre" ya no en los labios de Jesús, sino en el de la Iglesia ( y de Francisco). Los versículos 4-9 invitan a la alegría, extendida a la creación inanimada (v.v.4,9) y a todos los hombres, exhortandolos a ofrecerse enteramente al Señor (v.7-8) grande, digno de alabanza y terrible (v.6). El salmo proclamado en vísperas termina con la aclamación “ el Señor reina desde el madero” los dos verículos que se añaden, a partir de la Ascención, celebran ésta como el sentarse a la derecha del Padre Celeste, y confirman el retorno del Señor para el juicio de la Parusía[1]
ESCUCHEMOS:
1. Pueblos todos, batid palmas, aclamad a Dios con gritos de júbilo(Sal. 46,2)
2. porque el Señor es sublime y terrible, emperador de toda la tierra. (Sal. 46,3)
3. Porque el Santísimo Padre (Jn. 17,11) del Cielo, nuestro Rey antes de los siglos, ha enviado a su Amado Hijo (cfr. Jn.4,9) de lo alto, y ha obtenido la salvación en medio de la tierra (sal. 73,12)
4. Nos alegramos de que la tierra y los cielos, se agita el mar y todo lo que contiene:. Regocijarse en los campos y todo lo que hay en ellos (Sal 95, 11-12)
5. Cantad a Dios un cántico nuevo: toda la tierra, cantad al Señor (cf. Sal 95, 1).
6. Porque el Señor es grande y muy digno de alabanza: es más temible que todos los dioses (Sal 95,4)
7. Lleve al Señor, oh familias de los pueblos, darle gloria y honor al Señor: darle al Señor la gloria a su nombre (Sal 95, 7-8).
8. Llevar a ofrecer sus cuerpos (cf. Sal 95, 8 + Rm 12, 1) y cargar su propia cruz santa (cf. Lc 14,27): y seguir hasta el final sus santos preceptos.
9. Se sacude la tierra entera en su rostro: Decid entre las naciones que el Señor reinó desde la madera (Sal 95, 90-10 R).
10. Y subió al cielo y está sentado a la diestra del Padre (véase el texto del Credo) Santísimo en el cielo: exaltados por encima de los cielos, oh Dios, y sobre toda la tierra tu gloria (Sal 56, 12).
11. Y sabemos que viene, que vendrá a juzgar la justicia (cf. Sal 95, 13).
ALGUNAS CONSIDERACIONES DEL SALMO 46
VIERNES SANTO...PASCUA
Las meditaciones sobre la Pasión se terminan con las Vísperas. Francisco ora este salmo (v. 1-9) sea el Viernes Santo o Pascua. Esto, llama verdaderamente la atención y es muy significativo. Lo que corresponde a la teología del Evangelio de Juan; ya en el momento en que Jesús se ofrece en la cruz por la vida del mundo, la muerte es vencida en Jesús Resucitado. Y es por eso que Juan habla en un doble sentido del Jesús exaltado en la cruz. Incluso el Crucifijo de San Damián no muestra un hombre que sufre, sino el Hijo de Dios, resucitado y glorificado, es decir, el "gloriosus Christus". Lo mismo es cierto en este salmo de Vísperas, rediseñado por Francisco de una manera personal, que está dominada por la figura de Cristo Glorioso. De los siete salmos compuestos por la Semana Santa y los días feriales del año, el salmo de Vísperas contiene la mayor parte de las adiciones personales hechas por Francisco. Revelan la forma y el contenido de la meditación del santo de Asís. Ninguno a los que se le presentó este texto sin preguntas específicas, podría pensar que estaba prevista para la tarde del Viernes Santo. De hecho, el salmo no se caracteriza como compasión por el Crucificado, sino que está dominado por una emotiva exaltación " beata Passio" y por agradecimiento por la salvación gratuita de toda la humanidad[2].
Las Vísperas se rezan en el horario de la tarde, por esto, el orante puede volver su mirada a los sufrimientos soportados y luego superados por Cristo. Por fe, ellos saben de la Resurrección y miran por tanto la muerte en Cruz como una victoria. Este salmo. pués, se puede definir como un canto vespertino dirigido a la gloriosa Victoria del Crucificado.
Ya el versículo inicial es un grito de júbilo, motivado por dos versículos sucesivos que inician con un “porque” (v.3). El versículo 2, pone en evidencia la grandeza digna de alabanza a Dios y su dominio sobre toda la tierra, y el versículo 3 subraya que propiamente este “ Santisimo Padre” Aquel que supera infinitamente nuestras medidas de tiempo y espacio “Ha enviado de lo alto su Hijo Amado”. Se ha aventurado en este mundo y en él ha obrado la salvación. Tales son los motivos que deberían llevar al mundo entero e incluso a todo el cosmos a la alegría. Mediante algunas frases del salmo 95 Francisco invita en los versículos del 4-7 a la alabanza a Dios, un alabanza que involucra cielo, tierra y mar. Estos versículos son orados por el santo pero, tambien en todas las horas litúrgicas del tiempo de Navidad, lo que significa que la encarnación de Dios constituye para él un motivo de alegría igual a aquella de la salvación que se origina de la Cruz.
Es ahora muy instructivo observar como de la invitación a rendir alabanza se pasa a la exhortación de “hacer de sí mismo una ofrenda”. El versículo 8 descubre el verbo “Traer” , tomada del salmo 95, pasando del don de la alabanza al don de nuestro mismo cuerpo. Debemos ofrecernos a nosotros mismos, y llevando su santa Cruz y a la vez seguir por toda la vida sus santos mandamientos. El seguimiento de la cruz es la consecuencia del agradecimiento por la salvación. Palabras y sentimientos de alegría no bastan, debemos responder a la gran obra de la muerte redentora con el ofrecimiento de nosotros mismos en el seguimiento de Cristo Crucificado.
En el verículo 8, Francisco pone en relación con el salmo 95 muchos pasajes del Nuevo Testamento (Lc. 14,27; Mt. 16, 24; 1Pe. 2,21 y sobretodo Rm. 12,1...) añadiendo su expresión típica: “Santo”. La Cruz y los mandamientos son para él, santos, porque son santificados por el Salvador. Más que un instrumento de martirio, la Cruz es para él un signo de salvación; como tambien los mandamientos, más que peticiones limitadas, son caminos hacía la verdadera libertad y la vida; incluso ante la cruz de San Damian, oró: “ de modo que yo viva tu santo y veráz mandamiento” Y cuando Francisco y sus compañeros veìan una Cruz, se inclinaban diciendo: “te adoramos, Señor Jesucristo,.... porque con tu Santa Cruz haz redimido al mundo” (Test 5; 1 Cel 45: FF 399). El acontecimiento del Gólgota no es sólo para Francisco un hecho del pasado, sino que tiene sus consecuencias, aquí y ahora. Dado que el salmo de Vísperas fue previsto no sólo para el Viernes Santo, sino para todos los días feriales del año - con pocas diferencias para la temporada de Navidad - lo que significa que Francisco tuvo en cuenta delante de sus ojos, casi todos los días la victoria redentora de la cruz de Cristo y la invitación a seguirlo.
El permanente significado de la muerte en la Cruz y su universal señorìo “Desde lo alto de la cruz” se evidencia claramente tambien en el versículo 9... en la expresión “madera” (a ligno) es un anuncio hecho por el antiguo cristianismo al salmo 95,10, los versículos 10-11 se añaden para la fiesta de la Ascención y corresponden bien al misterio de esta celebración. Mediante un significado amplio del salmo 56,12,Francisco reconoce , conforme al Credo, la elevación al cielo del Hijo y el sentarse a la diestra del Padre. En este modo el salmo termina en forma circular: en el versículo 3 se había escuchado que: “...El Padre Celestial ha enviado de lo alto su Hijo Amado”, mientras el versículo 10 concluye : “Y ascendió al Cielo y está sentado a la derecha del Santisimo Padre Celeste."
El Salmo de vísperas, se caracteriza por una profunda conciencia de la Historia de Salvación, en el cual el acontecimiento de la pasión se tiene en cuenta dentro del acontecimiento global de Cristo, en esta Historia de Salvación formamos parte mediante el seguimiento de la cruz que toma forma en nuestras tribulaciones, enfermedades y tentaciones; es decir, en una palabra, para Francisco el seguimiento toma forma y se realiza en el ofrecimiento total de si mismo.
ALGUNOS PUNTOS DE MEDITACIÓN
Sólo poniendo en práctica la Palabra, Francisco alcanza a entenderla espiritualmente, con claridad ; así sucede en la Porciúncula, cuando Francisco escucha el Evangelio del envío a la misión de los apóstoles y lo pone inmediatamente en práctica, cambian su modo de vestir, para ir con o sin bolsa, sin cinturon, sin zapatos. Se trata de una práctica todavía ingenua: Jesús , en aquel Evangelio,no prescribe ciertamente una determinada forma de vestir; pero para Fracisco es necesario llevar a la práctica concretamente aquella Palabra para entenderla mejor, para alcanzar a comprender su significado más profundo, que sólo puede ser através de la práctica. De esta forma comprende a San Damian: el Crucifijo lo invita a “reparar su casa”, y Francisco pone en práctica aquel mandato, restaurando el techo de la capilla; sólo más tarde, después de aquella práctica material, alcanzará a comprender más profunda y verdaderamente su sentido espiritual, que lo llevará a ampliar la obra de restauración a toda la Iglesia.
La diferencia entre una comprensión sólo intelectual y la comprensión espiritual de la Palabra de Dios esta en esta relación con la práctica , con el actuar, con la “Santa operación”.
Creo, que el lugar del seguimiento, como consagrados, es la vida misma: el trabajo, las relaciones, el servicio, la comunidad vocacional de pertenencia, la parroquia, etc. El problema es siempre el mismo: la vida no es el lugar de la encarnación de la fe; el comportamiento no está en línea con el credo; las opciones no son coherentes con nuestras afirmaciones. Hay una separación evidente entre la vida y la fe. Es la historia de muchos de nosotros y muchos de nuestros días; no es fácil ser fiel al Señor , aquella fidelidad conjuga fe- vida. En particular no siempre se está en capacidad de integrar fe y vida en la vida ordinaria. Hoy, esto me parece de gran importancia. En un mundo, en una sociedad en la cual se resalta la búsqueda de lo extraordinario, lo nuevo, de realidades fuera de esquemas comunes, como se dice: “creo que vaya valorando lo ordinario como extraordinario, lugar de encuentro con Dios. No nos alegra el despertarse en la mañana, esto se debe a nosotros, esto es lo que nos toca.... y además la comunidad, las relaciones, el servicio son una rutina para llevar a cabo, las cuales de vez en cuando quisieramos darle algo de novedad, ni nosotros somos ajenos a este riesgo: La tendencia que mayormente temo es aquella de considerar la vida espiritual como un parentisis al interno de un contexto de vida ordinaria. Atención : la Eucaristía, la Oración, los Ejercicios Espirituales no son un escape de la vida ordinaria, como si la fe se sobrepone a la vida.
La “experiencia de los sentidos” son diferentes de la “experiencia del Espiritu”, pero en ciertas condiciones puede convertirse los primeros en ocasión de los segundos. Para convertirse a Dios, la fatal “caída del caballo” de San Pablo no es lo esencial, por lo general, si alguien se acerca a la fe, no es porque fue golpeado por un acontecimiento portentoso, sino porque poco a poco y sin darse cuenta, comenzó a vivir directamente con una predisposición interior que puede adherirse en la experiencia espiritual cristiana. Es verdad, un acontecimiento externo puede determinar una situación espiritual, pero, normalmente, no lo hace de una manera milagrosa, sino con las disposiciones interiores que acompaña lo que sucede. Si me falta la apertura interior al otro, puedo encontrar una persona significativa, pero dificilmente aquel encuentro representará para mi un momento de cambio.”[3]
Considero que sea necesario el sentido de lo ferial, de lo cotidiano, de lo ordinario como lugar de encuentro con Dios, espacio en el cual vivir la fe, tiempo en el cual, contemplar la acción proveniente de Dios.
“Ninguno ha visto a Dios” En la vida espiritual el camino de inmediatez no funciona. Dios se deja reconocer a través de las mediaciones. Entre tantas posibilidades (Sagrada Escritura, testimonios, Iglesia, valores naturales...) están tambien las ocasiones fortuitas o casuales de la vida cotidiana.
Preguntemonos : En nuestra vida, hay fugas de lo ordinario, por las que no siempre se ve la mano de Dios? Y aún todavía, preguntemonos: ¿ La práctica fiel y constante de la Palabra me ayuda a comprender el profundo misterio que es mi vida?
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