martes, 6 de septiembre de 2011

ADORACIÒN FUNDADORA

EL LLAMADO DE  DIOS  A LA  CONSAGRACIÓN

INVOCACION  AL ESPIRITU SANTO:   VIENI SPIRITO SANTO VIENI
Dios  llama  a  los que Él  quiere (Mc. 3,13-14)   con nuestra historia,  con  todo lo que somos  y tenemos, fija  su mirada  de amor en  cada una y nos invita  a estar con El,    a dejarlo  todo por El, para hacerlo el  Centro de nuestra  vida:  “ para  recoger  frutos más copiosos de la   gracia  bautismal,  fieles a nuestra profesión lo dejamos todo por amor a Cristo, lo seguimos como lo único necesario, nos conformamos con su vida, escuchamos sus  Palabras y  llenas  de  solicitud por sus  intereses, nos donamos totalmente a El, amado sobre todas  las  cosas y hacemos de  El ,  el centro de nuestra  vida”    (Const. 2)

MADRE TERESA LEGA
1.         LA EXPERIENCIA  DE UNA  LLAMADA
La experiencia en el colegio de Fognano le abrió a Ana un mundo desconocido, el de la vida religiosa; en el periodo de  varios  años transcurridos en él, le sirvió para sentirse privilegiada y llamada por Dios, como también a crecer en el deseo de corresponder a un maravilloso amor.

Escuchemos como  vivió la  experiencia de la  llamada,  nuestra Madre  Fundadora:   
    
“…sentía el deseo de ver a este Dios Creador y Señor del universo, y me atrevía a decirle suspirando y mirando fijo al cielo: “¡Oh si pudiera verte gran Dios! ¡Haz que te vea!” Mientras iba diciéndolo, recuerdo que de pronto escuché una voz dentro de mi alma que me decía: “¡Me verás...! ¡Me conocerás...!”
No fue sólo esta buena inclinación a los deberes religiosos y el deseo que sentía de vestir el sagrado hábito que me confirmó en la vocación monástica: fue una llamada especial del mismo Jesucristo, mi divino esposo, que confirmó mi decisión de tomar dicho estado.
...”según mi costumbre, estaba hablándole a Jesús conforme a lo que me dictaba mi corazón. No recuerdo bien qué le estaba diciendo, cuando de repente sentí que Él se me acercaba y me apretaba contra su pecho divino diciéndome: “¡Sí, serás toda mía!”
Al escuchar estas palabras de San Pablo: “Quien se une en matrimonio hace bien, y quien se queda como está y no se casa, hace mejor”, me dije a mí misma: San Pablo sabe lo que dice y no nos engaña... quiero seguir lo mejor y no unirme a ningún hombre, para ser libre y entregarme por entero a Dios que tanto me ha amado y me ama.
Este amor por la pureza me producía cierta paz y una dulce alegría que me empujaban a un súbito arranque de amor a Dios, el único al que sentía que tenía que dedicar mi vida y que quería tener dentro de mí para yo también poder decir: “Ya no soy yo que vivo, es el Señor que vive y actúa en mí”.
“Cuando después de la comunión empecé a conocer al Señor y su amor  por mi, ardía  en deseos de corresponderle con todo el amor de mi corazón, y comprobé durante este periodo, con la felicidad que sentía al orientarme y unirme al Señor, que era verdad que  ninguna criatura encuentra la paz  y la felicidad verdadera lejos de su Dios.[1]

Momento de  silencio: REFLEXIÓN  BÍBLICA: Jr. 1, 5   2Cor.  4, 7  
v  Has  experimentado el  amor de Dios  y  la gratuidad  de  su llamada?
v  Que ha significado en tu vida  el llamado  a la  Consagración?

CANTO:    QUE  DETALLE  SEÑOR, HAS  TENIDO  CONMIGO.  Nº 539


2.      ANTE  LAS DUDAS,   DIFICULTADES  Y TENTACIONES

Habiendo   regresado a vivir con su familia, tardó en manifestar su clara intención de abrazar la vida religiosa.  Otros proyectos  aparecen  en  su camino,  dudas  y tentaciones la  inducen  a un momento de  discernimiento y confirmación de  su vocación, la certeza interior que su vocación era un don del Señor.
Empecé a sentir disgusto y aversión por la vida religiosa; pena por tenerme que separar de mi familia…
es el Señor que me llama hacia él y que me lleva a separarme de mi padres, a pesar del amor que les profeso. No sabes, mi querida mamá, que para seguir a Jesucristo hay que odiar al padre, a la madre, a los hermanos si hace falta...”
“El demonio venía a engañarme con sus falsas promesas única y exclusivamente para apartarme de mi divino Esposo, seguro de que si conseguía alejarme de Él y enfriar mi amor y dedicación a Él, se habría beneficiado con la perdición de mi alma. El Maligno logró su propósito, ya que, para satisfacer la vanidad, empecé realmente a entibiarme en mi divino amor y a dejar de tratar con Dios en la oración. Esto fue como deponer las armas y quedarme a merced del enemigo..”

Al dudar de mi propósito, creía que mi vocación no era verdadera, sino un mero efecto de los estímulos que recibí en el Monasterio. Pensaba que si hubiera tomado los hábitos el Monasterio se convertiría en una especie de infierno para mí. Estas reflexiones me asaltaban con mayor fuerza por la noche en cuanto me quedaba sola en mi habitación.

….Por otra parte, si pensaba en cambiar de opinión y comunicar a mis padres que, al haber cambiado de idea, me rendía a sus deseos, me parecía como que me metía por toda la vida en otro infierno de infelicidad aún más tormentoso, en el cual siempre me habría angustiado pensar que no había correspondido a las repetidas llamadas de Jesús ni respondido ni mantenido las promesas que le hice de ser toda suya, de no separarme de su amor por nada del mundo..
“Cuanto más me alejaba de ti y hacía oídos sordos a tus invitaciones para atender las del enemigo, más tu amante corazón encontraba la manera de atraer el mío para vivir sólo del tuyo”.
“Cuando supe de ese  acuerdo,  sentí  reanimarse  en mí el amor por las cosas del mundo.  Le expresé a  la Madre  mi preocupación y la angustia que sentía por el temor   de no mantenerme  fiel  a mi Divino Esposo en el momento  oportuno”.  La  lucha se resolvió   delante de  “Jesús  Sacramentado”  prometiéndole  de  nuevo  que nada  me habría   separado de El.
“ Bendito sea  Dios  que  me hizo superar  ese peligro y sortear  el cruce de caminos  de la vanidad  mundana, para conducir  mi paso al  paraíso de la  Religión, para   hacerme  más  feliz en el entregarme  totalmente  a El  y volverse  El completamente  mío[2]

Momento de  silencio: REFLEXIÓN  BÍBLICA:  Rm. 8, 35-39   fil. 3,7-8  

v  Cómo enfrento las  dificultades, tentaciones y dudas ante la llamada?
v  En   qué  benefician    mi   vida   consagrada?

CANTO:  AL  CENTRO DEL  MIO CUORE   4    libro de comunidad


3.      LA  FIDELIDAD  A  UN SI
Un SI que cada día se renueva lleno de amor y F fidelidad, capaz de dar la primacía a quien es la razón de su vida, en el cumplimiento y conformidad con su Santísima voluntad. ES Dios quien llama, sigue llamando y se revela a quien llama. “Ella siente que posee a Dios y a la vez se siente poseída por El, y es en esta intimidad que advierte que debe seguir al Señor, como una esposa al esposo”
 “Transportada de nuevo a la tierra, el amantísimo Jesús, tras haberme regañado un poco las infidelidades que le hice, el poco interés prestado a la dignidad de su esposa, me dijo: Hoy renuevo contigo el matrimonio y te invisto de las virtudes apropiadas a tu dignidad... de ahora en adelante, piensa en servirte de ellas para mi honor, a amarme y ser una Esposa fiel! En aquel mismo instante, conforme a su Divina Palabra, sentí unirme estrecha e indisolublemente a Él, y llena de un ardientísimo amor por Él y de una fidelidad que me parecía que debía sustentar todos los cimientos, mediante las otras virtudes de las que también me sentí envestida tras la renovación de aquellos Esponsales, más sensibles y deliciosos que los otros contraídos ante el Sacro Altar en mi juventud”.
“rogué a mi divino Esposo que convirtiera en realidad los ardientes deseos que sentía de ser enteramente suya y sólo suya.
“Ah, sólo he de quejarme de mí misma, puesto que si hubiera querido ser más fuerte y escuchar tus palabras, te habría sido fiel, te habría amado y servido y no me habría opuesto, como hice, a tu santísima voluntad”.
“En aquellos años más que en los anteriores fui fiel a seguir la voz interior del Señor que me impulsaba a la destrucción del amor propio y de la naturaleza”.
“Quiera mi Divino Maestro darme tanta gracia para que pueda corresponder más fielmente a aquellos dones que su infinita caridad todavía me comparte..”
“El Señor mostró aceptarlo diciéndome que le fuera fiel y que Él habría sido mi maestro y me habría amado como a otras esposas predilectas”.
“Entregada de este modo a la voluntad de Dios, sin desear una cosa más que otra, sino deseosa de hacer lo que a Él más le gustara..”
Sentía un único deseo y era el de cumplir la voluntad de Dios y agradarle en todas las cosas[3]”.

Momento de  silencio: REFLEXIÓN  BÍBLICA: Jr. 31,3  Rm. 12,1-2
v  Renuevo cada  día  mi SI  al Señor?
v  Estoy dispuesta  a buscar la voluntad de Dios y agradarle cada día?

Oración  final  de  la Fundadora: Nº 28








[1] AUTOBIOGRAFÍA :  FASCÍCULO 1
[2] AUTOBIOGRAFÍA :  FASCÍCULO 2
[3] AUTOBIOGRAFIA

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