FRANCISCO CONTEMPLA EL MISTERIO DE LA ENCARNACIÓN
Invocación al Espiritu Santo
Padre Santo, tu que eres la luz,
abre mis ojos y mi corazón.
Infunde tu Espiritu sobre mi,
para que acoja con docilidad tu Palabra.
Doname un corazón abierto y generoso
Para que en el diálogo contigo,
pueda conocer y amar
a tu Hijo Jesús
para la salvación de mi vida
y la de mis hermanos.
Te lo pido por Jesucristo, nuestro Señor
AMEN
En este tercer retiro mensual continuamos acompañando a Francisco en su camino de oración y de contemplación. El contempla por largo tiempo los misterios de Cristo para enmedismarse en El y vivirlo.
La primera contemplación es la del nacimiento, un misterio que impresiona a San Francisco por la humildad y la ternura de Cristo, el Santo iene una predilección por la fiesta del nacimiento de Jesús.
En la contemplación de este misterio, en el silencio y en la oración estamos invitadas a fijar la mirada en Jesús y a preguntarnos Quién es El para nosotras en este momento de nuestra vida?
Decimos en este momento de nuestra vida, porque no es más válida la respuesta dada a estas pregunta hace 30, 40 o 50 años...El contenido de nuestra vida es nuevo, por lo tanto es nuevo nuestro seguimiento a El
La pregunta y la respuesta son personales: Quien es Jesús para mí hoy?
El salmo 15, que hoy proclamamos, es una larga meditación de Francisco sobre el misterio de Jesús que no se cerro en si mismo, pero siempre inserto en el contexto trinitario, todavia ponemos a Jesús al centro como lo vive Francisco y trenemos presente que el Santo oraba este salmo en visperas de la navidad hasta la octava de la epifania en cada hora.
Escuchemos el salmo XV:
domanda e la risposta sono personali: chi è per me Gesù oggi?
Il salmo XV, che oggi preghiamo, è una lunga meditazione di Francesco sul mistero di Gesù mai isolato in se stesso, ma sempre inserito nel contesto Trinitario,tuttavia mettiamo Cristo Gesù al centro come lo vive Francesco e teniamo presente che il Santo pregava questo salmo nei Vespri di Natale fino all’ottava dell’epifania, a ciascuna ora.
Ascoltiamo il Salmo XV:
1 Saltad de gozo en Dios nuestro auxilio (Sal. 80, 2): Aclamad al Señor Dios vivo y verdadero (Sal. 46, 2).
2 Porque el Señor es excelso y terrible, soberano de toda la tierrra (Sal. 46, 3).
3 Porque el Santísimo Padre (Jn 17,11) del cielo, nuestro rey antes de los siglos (Sal.73, 12), envio de lo alto a su amado Hijo (cfr 1 Jn 4, 9) y nacio de la bienaventurada Virgen Santa María.
4 El me invocó: “Tú eres mi Padre” y yo lo nombraré mi primogénito, más excelso que todos los reyes de la tierrra (Sal. 88, 27-28).
5 En aquel dís envió el Señor su misericordia, y en la noche su canto (Sal. 41, 9).
6 Este es el día que hizo el Señor; saltemos de gozo y alegrémonos en él (Sal. 117, 24).
7 Porque se nos ha dado un niño santísimo, amado, y nació por nosotros (cfr. Is 9, 6) fuera de casa y fue colocado en un pesebre, pues no habia sitio en la posada (cfr. Lc 2, 7).
8 Gloria al Señor Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres de buena voluntad (Lc 2, 14).
9 alégrese los cielos y salte de gozo la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena; gocen los campos y cuanto hay en ellos (Sal.95, 11-12).
10 Cantadle un cántico nuevo, cantad al Señor toda la tierrate a Lui un cantico nuovo: o terra tutta, cantate al Signore (Sal. 95, 1).
11 Porque grande es el Señor y muy digno de alabanza, más terrible que todos los dioses (Sal. 95, 4).
12 Dad al señor, familias de los pueblos, dad al Señor gloria y honor , dad al Señor la gloria debida a su nombre (Sal. 95, 7-8).
13 Tomad vuestros cuerpos y cargad con su santa crtuz ( Lc 14,27. - Rm 12, 1) y seguid hasa el fin sus santisimos preceptos (1P2 2,21)
En el salmo sobresale que Cristo Jesús esta al centro, pero dentro de la trinidad, Cristo siempre esta enrelación con las otras personas Divinas, especialmente en relación con el Padre, con el cual tiene una relación especial, muy evidenciadpo por San Francisco.
Vendran revizadas algunas imagenes tradicionales sobre la devoción franciscana relacionadas a la humanidad de Crsito, porque Francisco no se concentrada en las anecdotas evangelicas ni muchos menos en rasgos inmediatamente “sentimentales” de los acontecimientos humanos de Jesus. Es muy sobrio cuando habla del nacimiento; en vez de fijarse en la escena del pesebre, enfatiza sobre el misterio de la encarnación y la pobreza escogida por Jesús junto a la Virgen María.
… ALCUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL SALMO XV[1]
El salmo XV (FF 303) es uno de los más elaborados de este grupo. Este salmo hace hablar a la iglesia: voz de la iglesia referente a Dios y a Cristo.
El salmo XV en una especie de embriaguez espiritual proclama las maravillas que Dios ha hecho: porque el Santisimo Padre Celestial, nuestro rey de la eternidad, ha mandado de lo alto su hijo predilecto, y nació de la beata Santa Virgen María (salmo 15,3).El salmo invita (junto con el salmo 7,4), al cielo, a la tierra, al mar y alos campos (15,9), a alegrarse, a estremecerse de alegria. Su nacimiento es celebrado en una fiesta de gloria celeste y en la memoria de un niño que nace en el camino (15,7), sin una morada fija y fue puesto en una pesebrera.
Asi el misterio de la resurrección y el de la encarnación, son celebrados según la misma perspectiva teologica; con el nacimieno en la pesebrera, son misterios de gloria. (Salmo 15,7). Por lo que se refiere al nacimiento, Francisco retoma la visión de san Juan del verbo que se hizo carne y que nosotros vemos en su gloria. (Jn 1,14)
Este salmo, tiene por fondola figura del Padre, El es al cual es dirigida la palabra del Hijo; Es aquel que acoje esta palabra, cumple la liberación y el triunfo decisivo. Y cuando el Hijo aparece en la gloria de su Ascención y de su regreso al final de los tiempos y el Padre es el autor y el garante.
Così il mistero della Risurrezione e quello della nascita nella carne sono celebrati secondo la stessa prospettiva teologica; sono, anche nel caso della natività nella povertà della mangiatoia (salmo 15,7), dei misteri di gloria. Qui ancora, per ciò che riguarda la natività, Francesco riprende la visione giovannea del Verbo che si fece carne e noi vedemmo la sua gloria (Gv 1,14).
Questo salmo, ha per sfondo ultimo la figura del Padre; Egli è colui al quale si rivolge la parola del Figlio; è colui che accoglie questa parola, compie la liberazione ed il trionfo decisivo. E quando il Figlio appare nella gloria della sua Ascensione e del suo ritorno finale, è il Padre che ne è sia l’autore che il garante.
Il salmo ci svela come Dio sia il Padre di Gesù, come, attraverso le diverse tappe dei suoi misteri, dalla nascita fino alla Parusia, il Figlio si ponga davanti al Padre e quale legame indissolubile li leghi nell’umiliazione della passione e nel trionfo della vita.
Questo salmo, compreso nella linea dell’esperienza liturgica della Chiesa, mette in questione un’immagine soggettiva della devozione alla Passione, che dal Medioevo si attribuisce, a torto, a Francesco ed alla sua spiritualità.
… ALCUNI SPUNTI DI MEDITAZIONI[2]
Il salmo sembra essere una lunga professione di fede di Francesco. Sembra rispondere alla domanda: chi è Gesù per Francesco? La risposta di Francesco è teologicamente densa: è colui che è nato, morto e risorto per la nostra salvezza.
Che cosa significa mettere Gesù al centro della vita secondo Francesco? Che cosa vuol dire, per noi, rimettere al centro della nostra vita, Gesù ?
Credo che non ci sia spiegazione migliore di una famosa espressione di San Paolo per dire che cosa sia una vita cristiana con Gesù al centro. Mi riferisco alla lettera ai Galati capitolo 2, 20:
«Sono stato crocifisso con Cristo e non sono più io che vivo, ma Cristo vive in me. Questa vita nella carne, io la vivo nella fede del Figlio di Dio, che mi ha amato e ha dato se stesso per me».
“Cristo al centro” vuol dire vivere la vita concreta, con tutto suo bagaglio di gioia e di contraddizione, nella fede del Figlio di Dio.
Per comprendere come Francesco mette al centro della vita Gesù riflettiamo sull’abbraccio del lebbroso da parte di Francesco:
«Da allora si rivestì dello spirito di povertà, d'un intimo sentimento d'umiltà, e di pietà profonda. Mentre prima aborriva non solo la compagnia dei lebbrosi , ma perfino il vederli da lontano, ora, a causa di Cristo crocifisso, che, secondo le parole del profeta, ha assunto l'aspetto spregevole di un lebbroso, li serviva con umiltà e gentilezza, nell'intento di raggiungere il pieno disprezzo di se stesso. Visitava spesso le case dei lebbrosi; elargiva loro generosamente l'elemosina e con grande compassione ed affetto baciava loro le mani e il volto» (Leg.Mag. 1,6 FF 1036).
«Baciare un oggetto repellente è perverso! Eppure per Francesco fu un’esperienza sublime. Forse che Francesco era un perverso? O forse quel lebbroso aveva perso improvvisamente il suo cattivo odore e aveva incominciato ad emanare profumo? O forse perché è bastato guardarlo da un altro punto di vista e, così, quel poveretto faceva meno impressione di prima? Nulla di tutto questo, almeno dai resoconti della vicenda. Il lebbroso era ed è rimasto lebbroso. Francesco era ed è rimasto uno che sentiva “ripugnanza istintiva” (2Cel.9) per quel genere di persone: Nulla è cambiato,eppure tutto è cambiato. “Da allora … Francesco …”. I valori naturali (odore, malattia, suscettibilità…) non hanno subito un cambiamento,ma anzichè intrappolare o tacitare i valori trascendenti,li hanno fatti germogliare.
Lo specifico della vita cristiana non è nell’amore, ma nel modo di amare come Cristo, l’amare “come” Cristo ama.
L’esperienza spirituale non produce un cambiamento di natura. Ciò che manda cattivo odore continua a mandare cattivo odore, e continua ad essere sentito così anche dopo la conversione. L’esperienza dei sensi rimane intatta, ma non è l’ultimo punto di arrivo. È e rimane repulsione, ma non solo repulsione. È anche interpellanza religiosa, senza bisogno di sottoporre ad un giochetto di prestigio né l'oggetto di quella esperienza, né il soggetto che la fa.
Un’occasione fortuita della vita è mediazione spirituale quando il valore naturale che essa immediatamente esprime rimane aperto - almeno come possibilità - ad un valore trascendente. Il lebbroso rimase lebbroso (valore naturale), ma anche un prossimo da amare (valore trascendente). Francesco rimase uno che «sentiva ripugnanza istintiva per i lebbrosi», ma incominciò anche a riflettere e a ponderare che «lui non voleva venire meno alla fedeltà promessa, come trasgredendo un ordine ricevuto» (2Cel. 9). La presenza in noi dei valori trascendenti permette di vivere le esperienze dei sensi come mediazioni. A questa condizione le esperienze fanno crescere, altrimenti rimangono esperienze mute o toccanti per oggi, ma... domani si vedrà. Non sono «le esperienze dei sensi» a depravarci, ma il fermarci a viverle per quello che immediatamente dicono. Il fortunato non lo è per sorte del destino, ma perché si è formato ad una certa sensibilità che sa cogliere ciò che i sensi ultimamente mediano.
Ecco come la vita nella carne può essere vissuta nella fede del Figlio di Dio. Francesco «fece violenza a se stesso, gli si avvicinò e lo baciò». Se lo fece non fu per autocostrizione, ma perché innamorato di Cristo. Infatti lo fece con il cuore:«Poco tempo dopo volle ripetere quel gesto: andò al lebbrosario e, dopo aver dato a ciascun malato del denaro, ne baciò la mano e la bocca» (2Cel. 9).
Esistono due tipi di conoscenza, come abbiamo già detto prima: quella che nasce dai fatti e quella che nasce dall’amore. Quella dai fatti, prima conosce e poi ama. Quella dall'amore, prima ama e poi conosce. Quest’ultima è il tipo di conoscenza caratteristico dell’innamorato, ma anche della persona spirituale il cui cuore è inondato dall'amore di Dio.
Per dialogare con il tu divino bisogna muoversi nel conoscenza che ama, dove conoscenza e dono di sé si compenetrano e il sapere è reso perspicace dall'amore. Nell’esperienza spirituale ciò che è determinante non è l'esercizio della conoscenza (conversione intellettuale) né quello della volontà (conversione morale), ma l'esercizio della affettività che caratterizza la conversione religiosa che «consiste nell'essere presi da ciò che ci tocca assolutamente. È innamorarsi in maniera ultramondana. È consegnarsi totalmente e per sempre senza condizioni, restrizioni, ritegno». L’ascesi non è soltanto una disposizione di sé sempre più liberata, ma una disponibilità incondizionata e passiva all’Altro, frutto della libertà del cuore.
L’esperienza spirituale non porta ad un perfezionamento dello stato previo, ma si conclude con un cambiamento dello stesso. È la persona stessa che cambia.
Ciò che sembra stupefacente nell’incontro con il lebbroso non è il fatto che Francesco lo abbia baciato, né che il lebbroso sia diventato per incanto attraente o che da allora Francesco abbia rotto con il passato e abbandonato le vesti del mondo per il saio. È vero: l’incontro gli ha fatto cambiare gli oggetti dei suoi interessi, ma soprattutto (e questo è lo stupefacente) gli ha fatto cambiare il criterio in base al quale valutare quegli oggetti di sempre. Il criterio ultimo di Francesco è Cristo, ed è questo il suo mettere Gesù al Centro.
Il lebbroso resta lebbroso, ma Francesco cambia la sua risposta perché lo valuta secondo un orizzonte radicalmente diverso. È questo nuovo orizzonte dal cuore innamorato che sostiene e ispira la nuova risposta. Non la platealità della risposta, ma un cuore innamorato è stupefacente.
Ci inoltriamo nella contemplazione e nella preghiera personale con alcuni spunti di riflessione.. Ciascuna segua la mozione spirituale del Maestro interiore: lo Spirito Santo:
Qual è la mia considerazione“personale” del mistero di Cristo? Quale aspetto della sua vicenda mi colpisce soprattutto: la nascita ?,la passione?,l’immagine di Gesù guaritore, la resurrezione?. Di chi sono innamorata in questa ora della vita?
Puoi aiutare la tua preghiera oltre al testo FF.1036 già riportato, sull’incontro di Francesco con i lebbrosi, con:
FF. 110“Il Signore, cosi', dette a me, frate Francesco, di iniziare a fare penitenza così: quando ero nei peccati, mi pareva cosa tanto amara vedere i lebbrosi, ed il Signore stesso mi condusse tra loro e usai con essi misericordia. Ed allontanandomi da loro, ciò che mi pareva amaro mi fu mutato in dolcezza di animo e di corpo. Ed in seguito, stetti un poco e uscii dal secolo.(Testamento )
FF.1034 . Un giorno, mentre andava a cavallo per la pianura che si stende ai piedi di Assisi, si imbatté in un lebbroso. Quell'incontro inaspettato lo riempì di orrore. Ma, ripensando al proposito di perfezione, già concepito nella sua mente, e riflettendo che, se voleva diventare cavaliere di Cristo, doveva prima di tutto vincere se stesso, scese da cavallo e corse ad abbracciare il lebbroso e, mentre questi stendeva la mano come per ricevere l'elemosina, gli porse del denaro e lo baciò. Subito risalì a cavallo; ma, per quanto si volgesse a guardare da ogni parte e sebbene la campagna si stendesse libera tutt'intorno, non vide più in alcun modo quel lebbroso. Perciò, colmo di meraviglia e di gioia, incominciò a cantare devotamente le lodi del Signore, proponendosi, da allora in poi, di elevarsi a cose sempre maggiori (.Legg. Maggiore)
Seguono testi con una descrizione della devozione al Natale del Signore ed efficace sintesi del modo in cui Francesco guarda al Natale, egli voleva che in tale giorno si portasse soccorso a tutti :
FF.1669 Francesco aveva per il Natale del Signore più devozione che per qualunque altra festività dell'anno. Invero, benché il Signore abbia operato la nostra salvezza nelle altre solennità, diceva il Santo che fu dal giorno della sua nascita che egli si impegnò a salvarci. E voleva che a Natale ogni cristiano esultasse nel Signore e per amore di lui, il quale ha dato a noi tutto se stesso, fosse gioiosamente generoso non solo con i bisognosi, ma anche con gli animali e gli uccelli.(Legg. Perugina)
787 199. Al di sopra di tutte le altre solennità celebrava con. ineffabile premura il Natale del Bambino Gesù, e chiamava festa delle feste il giorno in cui Dio, fatto piccolo infante, aveva succhiato ad un seno umano. Baciava con animo avido le immagini di quelle membra infantili, e la compassione del Bambino, riversandosi nel cuore, gli faceva anche balbettare parole di dolcezza alla maniera dei bambini. Questo nome era per lui dolce come un favo di miele in bocca. Un giorno i frati discutevano assieme se rimaneva l'obbligo di non mangiare carne, dato che il Natale quell'anno cadeva in venerdì. Francesco rispose a frate Morico: «Tu pecchi, fratello, a chiamare venerdì il giorno in cui è nato per noi il Bambino. Voglio che in un giorno come questo anche i muri mangino carne, e se questo non è possibile, almeno ne siano spalmati all'esterno. ( 2 Celano )
788 200. Voleva che in questo giorno i poveri ed i mendicanti fossero saziati dai ricchi, e che i buoi e gli asini ricevessero una razione di cibo e di fieno più abbondante del solito. «Se potrò parlare all'imperatore - diceva - lo supplicherò di emanare un editto generale, per cui tutti quelli che ne hanno possibilità, debbano spargere per le vie frumento e granaglie, affinché in un giorno di tanta solennità gli uccellini e particolarmente le sorelle allodole ne abbiano in abbondanza». Non poteva ripensare senza piangere in quanta penuria si era trovata in quel giorno la Vergine poverella. Una volta, mentre era seduto a pranzo, un frate gli ricordò la povertà della beata Vergine e l'indigenza di Cristo suo Figlio. Subito si alzò da mensa, scoppiò in singhiozzi di dolore, e col volto bagnato di lacrime mangiò il resto del pane sulla nuda terra. Per questo chiamava la povertà virtù regale, perché rifulse con tanto splendore nel Re e nella Regina. (2° Celano)
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